Estoy más que harto de que me traten o me estimen de radical, xenófobo o islamofobo. Sería de toda forma imposible que yo diera un paso atrás si alguien me pusiera en la tesitura de una discusión de fondo sobre religión/ es. Tengo el suficiente conocimiento y la preparación tanto académica como experiencia personal sobre todo en derecho social para defender los valores de mi civilización, mi identidad, mi tradición y mi cultura cristiana, el rechazo total de las practicas e ideas ajenas, indeseadas, agresivas, fanáticas y violentas que agreden y perjudican a nuestra civilización.
El caso es, que en una de esas charlas a las que voy habitualmente invitado como ponente, me aborda un sacerdote que en principio parecía, encantador y enterado de la materia, presentándose como teólogo y conocedor de las tres religiones monoteístas “judaísmo, cristianismo e islamismo”. Se declaró defensor del diálogo interreligioso sobre todo del acercamiento al Islam. Según él, su presencia en mí ponencia sobre el Islam y su interés por mí fue para conocerme de cerca e invitarme a participar en su proyecto, por ser uno de los mejores conocedores del Islam. También, según él, conociéndome a través de mis publicaciones y después de escuchar mi ponencia, me catalogó como “radical anti Islam”, justificando sus calificaciones en las palabras de Nuestro Señor Jesucristo en (Mateo 5:43-48) “Se dijo: Tenéis que amar a vuestro prójimo y odiar el enemigo. Sin embargo, yo os digo: Continúen amando a sus enemigos y orando por los os persiguen”.
Mi respuesta fue muy clara y tajante, mira Padre, si defender la verdad con argumentos y luchar contra el mal “Islam”, es radicalismo, pues, yo soy radical y a mucha honra.
Seguramente, algunos rabinos o judíos, reprocharon a Jesús lo mismo en Su época en el siglo I, cuando Jesús llamó a los Fariseos y Saduceos hipócritas, mentirosos y falsos (Mateo 23:4-7). Padre, lo siento, pero todos aquellos que defienden el relativismo y el buenismo por encima de la verdad y los principios cristianos, son como dijo Jesús hipócritas, mentirosos, falsos sobre todo cobardes, porque les interesa la comodidad y el bienestar, escogen lo que les interesa de las palabras de Jesús, y excluyen o no quieren reconocer la otra faceta de Jesús. Padre, Jesús, bendito sea Jesús, nunca ha sido cobarde, al contrario, Jesús no tuvo miedo ni se frenó al entrar en el templo y echar con firmeza fuera a todos los que mercadeaban en el templo y les dijo: “Está escrito: Mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes le hacen cueva de salteadores” (Mateo 21:1213). Jesús mostró la valentía, poco antes de su crucifixión, en su respuesta a su interrogador, el gran gobernador romano de aquel tiempo, Poncio Pilato, el ¿Por qué había venido a la Tierra? Jesús contestó: “Para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad” (Juan 18:37-38). Jesús manifestó con coraje que él era el Mesías, sabiendo la dura consecuencia: la muerte y quien niega este hecho es mentiroso y anticristo (1Juan 2:22). Padre, para mí es un gran privilegio y credo, alcanzar los pasos de Nuestro Señor Jesucristo, haciendo su voluntad, diciendo la verdad y condenando el mal “el Islam”, jugándome la vida, porque feliz es todo aquel que teme a Dios y anda en sus caminos y no sigue los consejos de los inicuos.
Con el acercamiento de varios amigos y conocidos para saludarme, felicitarme por la conferencia, preguntarme sobre el peligro del Islam e invitarme a un tentempié, el sacerdote se fue a dar una vuelta por la sala.
Pocos minutos más tarde, volvió el sacerdote buenista, a la carga con sus reflexiones renovadas para tratar de influirme, diciendo que el Islam y los musulmanes existen y debemos convivir con ellos, asimismo, como cristianos hemos de respetar sus creencias, encontrar puntos de encuentro para dialogar con ellos y para la concordia.
Insiste el Padre en decirme, que por mi experiencia y mi conocimiento del Islam además de la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento), soy la persona idónea para esta misión, si cambio mi tono y mi ideal sobre el Islam.
Padre, me recuerda todo eso lo que dice, en un libro que terminé a leer hace poco sobre la vida de Pierre Claverie (19381996), francés dominico, Obispo de Oran Argelia, asesinado por los radicales islámicos argelinos porque defendía el diálogo interreligioso y al acercamiento al Islam.
Padre, es verdad que el Islam y los musulmanes existen, son entre 1400 y 1600 millones en el mundo, y desde el comienzo del Islam en el siglo VII, hasta hoy día, están dejándose notar por sus amenazas, guerras, crímenes y matanzas. Como cristiano católico caldeo, creyente y practicante y a mucha honra, creo en la convivencia y la armonía con los musulmanes, pero eso no significa bajarse los pantalones y deshacerme de mis principios cristianos. Para convivir con alguien, hace falta la voluntad de los dos, si uno no quiere no hay convivencia. El Islam en su libro sagrado el Corán no permite a los musulmanes el dialogo con los judíos ni cristianos si no se convierten al Islam (Sura 5:51) “¡Creyentes! No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos. Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Allah no guía al pueblo impío”, el contexto de este versículo es un imperativo claro y este versículo tiene una gran importancia en el Islam, por eso se repite doce veces en el Corán (Sura 4:34, 89, 101, 144) (Sura 5:33, 57, 82) (Sura 49:15).
El Islam afirma que es la única religión verdadera, además asegura que sus partidarios (los musulmanes) son a los únicos que se les concede el paraíso (Sura 3:19-20) “Ciertamente, la Religión, para Allah, es el Islam. Aquéllos a quienes se dio la Escritura no se opusieron unos a otros, por rebeldía mutua, sino después de haber recibido la Ciencia. Quien no cree en los signos de Allah,…Allah es rápido en ajustar cuentas. Si disputan contigo, di: Yo me someto a Allah y lo mismo hacen quienes me siguen. Y di a quienes recibieron la Escritura y a quienes no la recibieron: ¿Os convertís al Islam? Si se convierten, están bien dirigidos; si vuelven la espalda, a ti sólo te incumbe la transmisión. Allah ve bien a Sus siervos”. No solo eso, Padre, sino que obligan, persiguen y matan si hace falta a los que se niegan a la conversión al Islam. Allah el dios de los musulmanes, es un dios de odio, de venganza, de guerra, sanguinario y cruel, como muestra el Corán (Sura 9:5,29) “Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen el azalá y dan el azaque, entonces ¡dejadles en paz! Allah es indulgente, misericordioso. ¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Allah ni en el último Día, ni prohíben lo que Allah y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente!”.
Padre, para poder dialogar con el Islam y los musulmanes, es obvio que primero deben renunciar a esos versos, además de otros 255 versículos del Corán que animan a los musulmanes a matar a los judíos y cristianos, y esa renuncia es imposible, porque para los musulmanes, los versos del Corán son palabras y preceptos indiscutibles de Allah.
En el occidente tradicionalmente cristiano, donde los emigrantes musulmanes viven en minoría, tienen todo el respeto de parte del estado y de los nativos cristianos, gozan de toda la libertad y tienen todos los derechos tanto sociales como religiosos. En algunos países europeos, los residentes musulmanes exigen impedir los símbolos cristianos en las fiestas tradicionales cristianas, como las Navidades o la Semana Santa, imponiendo sus tradiciones musulmanas, lamentablemente los políticos ceden. Tienen la libertad de celebrar sus pascuas como Ramadán, construir escuelas coránicas y mezquitas y rezar en ellas cinco veces al día. En algunas ciudades occidentales tienen partidos políticos y representantes en los ayuntamientos.
Del mismo modo deben los musulmanes actuar en sus países de mayoría, con las menorías cristianas, que viven con ellos. Aun que somos minoría pero no somos emigrantes, somos los originales del país. Allí, no nos respeten, a los cristianos, nos califican de incrédulos, infieles, indecentes, etc. no podemos celebrar nuestras fiestas cristianas ni una misa libremente, bombardean nuestras iglesias y santuarios, nos obligan a convertirnos al Islam, nos persiguen y nos matan. Eso es lo que hemos vivido y sufrido mi familia y yo en nuestra propia carne y lo que están sufriendo los cristianos, mi comunidad hoy día, en Irak, Siria, Egipto, etc. El Islam y los musulmanes no entienden el significado de la libertad religiosa y el respeto, va contra su religión. Es verdad, como cristianos, hemos de perdonar, pero es muy difícil de olvidar.
Padre, en los países de mayoría musulmana, desde siempre, hay decenas de miles de misioneros sacerdotes, monjes y monjas, jugándose la vida, ayudando a los musulmanes, muchos de ellos dieron la vida como mártires a manos de los mismos musulmanes, puedo decir el nombre de miles de ellos, seguramente usted también conoce algunos. Ahora bien, ¿Conoce el nombre de algún líder religioso musulmán que esté ayudando a su gente? Yo tampoco. Sin embargo, puedo enumerar nombres de cientos de dirigentes musulmanes radicales y fanáticos que animan a sus súbditos a matar los “infieles” judíos y cristianos, utilizando las palabras de Allah en las fuentes de la Ley islámica.
Padre, otro asunto muy importante, nosotros como cristianos estamos arropados bajo las decisiones de la Iglesia católica, tenemos nuestro máximo dirigente y representante, Su Santidad el Papa y el cónclave, si lo hacen bien, mal o regular, estamos todos más o menos integrados. Pero con el Islam ¿Con qué Islam se dialoga? ¿Quién es el máximo representante de todos los musulmanes? ¿Qué rama del Islam o qué musulmán logra representar o dar la cara por los 1600 millones de musulmanes en el mundo? Supongamos que se puede convencer o dialogar con un representante de 250000 musulmanes, ¿Qué pasa con el resto? ¿Cómo se puede controlar o sujetarlos para convivir con ellos?
Padre, le deje estás preguntas para reflexionar y tomar la amenaza del Islam a nuestra civilización en serio.
Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí