En la presentación de mi último libro “Este es el Islam”, atestigüe que “el Islam es un movimiento social político religioso muy tiránico, dictatorial en sentido único, es una prisión en la que es muy fácil ingresar, solamente con afirmar la declaración de la Fe musulmana “No hay más dios que Allah y Muɧammad es su Mensajero” y sin embargo, es imposible zafarse de él. Es una ideología y un plan provocador que tiene como fin alterar el orden social mundial y establecer uno nuevo que obedezca a los principios e ideales propios del mismo Islam. Además, el Islam, en realidad, es una forma de paganismo monoteísta y niega que Jesús sea el Hijo de Dios y que Dios sea su Padre, por lo tanto niega al “Padre y al Hijo”. De modo que el Islam es una religión anti-Cristo. No puede ser una religión divina bíblica y una religión anti-Cristo al mismo tiempo, por lo tanto, es una secta”.
Se levantaron los críticos, no solamente musulmanes sino también cristianos y algunos religiosos representando el buenismo cristiano, contra mis opiniones y todavía no se han sentado, sin poseer argumento alguno ni el conocimiento mínimo del Islam y los musulmanes. En realidad, la mayoría de ellos, son cobardes que sólo buscan información que concuerde con su forma de entender la religión y no es agradable hacer lo contrario. A pesar de todo ello, me gustaría defender mis dictámenes sobre el Islam, eso sí con argumentos. Pero, en primer lugar, quiero dejar claro, que yo no estoy contra todos los musulmanes, porque es obvio que no todos los musulmanes son malos, yo estoy contra la ideología del Islam, que es violenta y peligrosa.
Las cosas como son ¡o somos cristianos o no! yo sí lo soy y a mucha honra. Como cristiano devoto y practicante, creo en nuestro Señor Jesucristo y en sus palabras en el Evangelio. Si descubrimos una epidemia que está causando grandes desastres en la ciudad, ¿qué precauciones tomaremos? Seguramente fortalecemos la zona y evitaremos el contacto con los infectados. Lo mismo tenemos que hacer en sentido espiritual, pues las Escrituras nos advierten que el anticristo “ya está en el mundo” (1 Juan 4:3). Para prevenir el contagio, es preciso identificar a los “portadores de la enfermedad” y evitarlos. ¿Cómo podemos identificar a los anticristos?
Por fortuna, la Biblia arroja mucha luz sobre el particular, dejemos que Jesús mismo, el Gran Maestro (Rabí), que nos responda. El término “anticristo”, que proviene de una palabra griega que significa “contra Cristo”, se refiere a cualquiera que haga lo siguiente:
1. Negar que Jesús es el Cristo, o el Mesías, o que es el Hijo de Dios (1 Juan 2:22) “¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Mesías? Ese es el anticristo. El que niega al Padre y al Hijo”.
2. Negar la Trinidad, aceptada por los cristianos en general, es decir, negar la divinidad de Jesús o sea el Verbo o la encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad. ¿Cómo demostrar que Jesús es Dios? (Juan 1:118) “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios” con (Juan 1:14) “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad y vemos su gloria, gloria como del unigénito del Padre”, encontrará que Jesús es el Verbo y el Verbo era Dios. (Juan 10:30) “Yo y el Padre somos uno”.
3. Oponerse a Cristo, el Ungido de Dios (Lucas 11:23) “El que no está de mi parte, contra mí está, y el que no recoge conmigo, desparrama”.
4. Hacerse pasar por el Cristo (Mateo 24:24) “Porque se levantarán falsos Cristo y falsos profetas y darán grandes señales y prodigios para extraviar, si fuera posible, hasta a los escogidos”.
5. Perseguir a los seguidores de Cristo, pues, para Jesús, lo que se les hace a ellos es como si se lo hicieran a él mismo (Hechos 9:3-5) “Ahora bien, al ir viajando se acercó a Damasco, cuando de repente una luz del cielo fulguró alrededor de él, y él cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”. Dijo él: “¿Quién eres, Señor?”. Él dijo: “Soy Jesús, a quien estás persiguiendo”.
Aunque el Evangelio califica a los que hacen estas cosas de anticristos, también se refiere a ellos de forma colectiva (2 Juan 7:711) “Porque muchos engañadores han salido al mundo, personas que no confiesan a Jesucristo como venido en carne. Este es el engañador y el anticristo. Cuídense, para que no pierdan las cosas para producir las cuales hemos trabajado, sino que obtengan un galardón pleno. Todo el que se adelanta y no permanece en la enseñanza del Cristo no tiene a Dios. El que sí permanece en esta enseñanza es el que tiene al Padre y también al Hijo. Si alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, nunca lo reciban en casa ni le digan un saludo. Porque el que le dice un saludo es partícipe en sus obras inicuas”.
La diferencia entre el Islam y el Cristianismo, principalmente estriba en la concepción del hombre y de Dios, al creer en la Trinidad aceptan la encarnación del Verbo y la divinidad de Cristo como Dios y Hombre verdadero y por tanto se concibe al hombre, como imagen y semejanza de Dios, lo cual implica que la razón y la libertad son esenciales en la naturaleza humana. Este protagonismo de la razón y de la libertad sitúa al ser humano en el centro de toda construcción social y política de origen cristiano. De modo que ha sido la tradición cristiana, basada en la divinidad y la humanidad de Cristo, la que ha hecho posible que paulatinamente la llamada Civilización Occidental desarrolle a cultura de los derechos humanos y el Estado democrático. Baste apuntar que, el Islam predica y exige la “sumisión absoluta a las palabras de Allah”, sin embargo, Jesucristo lo que predicaba era la “aceptación” de Dios. Esta es la gran diferencia entre Islam y Cristianismo. Más importante resulta comprobar cómo los musulmanes y el Corán contradicen por su protesta contra toda afirmación de la Iglesia y el Evangelio, el que Jesús es más que un hombre (Dios) y rechaza categóricamente todo cuanto pueda sugerir que Dios es simplemente, el tercero de una triada, como dice (Sura 5:72-73) “No creen, en realidad, quienes dicen, Allah es el Ungido, Hijo de María, siendo así que el mismo Ungido ha dicho: Hijos de Israel, servid a Allah, mi Señor y Señor vuestro. Allah vela el jardín a quien asocia a Allah. Su morada será el fuego. Los impíos no tendrán quienes les auxilien. No creen, en realidad, quienes dicen: Allah es el tercero de los tres. No hay ningún otro Allah que Allah, Uno y, si no paran de decir eso, un castigo doloroso alcanzará a quienes de ellos no crean”. Con respecto a la idea de Dios, el Islam niega la Trinidad, aceptada por los cristianos en general, por lo que hay algunos musulmanes que piensan que adoramos a tres Dioses por lo que nos creen politeístas y aunque el Islam acepta a Jesucristo, llamado ‘Isa en el Corán, como profeta, pero niegan su Divinidad y que sea el Verbo o la encarnación de la Segunda Persona de la Trinidad, coincidiendo en esto los musulmanes con la doctrina de los antiguos arrianos. Sin embargo hay otros versículos en que trata a los cristianos o trinitarios como “Mušrikin” o asociadores. El hecho de asociar a Dios con otros dioses o aceptar la Trinidad Cristiana, se conoce como un acto “Širk” y de aquí se deriva la denominación “Mušrikin” que se daba a los cristianos-trinitarios, (Sura 9:28-29) “Creyentes, los asociadores (los cristianos por asociar Jesús con Dios) son mera impureza. Que no se acerquen, pues, a la Mezquita Sagrada después de este su año. Si teméis escasez, Allah os enriquecerá por favor Suyo, si quiere. Allah es omnisciente, sabio. Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura (judíos y cristianos), no creen en Allah ni en el último Día, ni prohíben lo que Allah y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente”. En el Islam, el ser humano está encerrado como en una cárcel ante el Allah Absoluto; en las que la razón y la libertad no tienen un papel relevante en la vida del creyente y sus relaciones con el mundo.
Fuera de la Trinidad y la Encarnación del Verbo, que el Islam niega totalmente, la diferencia entre el cristianismo y el Islam, precisamente está en la separación entre Iglesia y Estado que es herencia del cristianismo, definido por la frase evangélica de “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. El fundamento de la laicidad se sitúa en la tradición cristiana y sin embargo en el Islam no hay distinción entre Estado y religión, puesto que en la mayoría de los países Islámicos, religión y poder político siguen unidos tanto en el caso de monarquías como en repúblicas, titulándose los reyes o emires y los presidentes de las repúblicas “Guardianes de la Revolución Islámica” o títulos similares. Comprobada y estimada la unión inseparable que existe entre política y religión, en el Islam, cualquier ataque a la Fe musulmana es considerada siempre como un ataque al estado islámico, y debe ser vengado por los musulmanes comprometidos. A diferencia de Cristo que predicaba “mi reino no es de este mundo”, Muhammad, proclama un reino universal y terrenal que comprendería “Umma” o comunidad Islámica, bajo la potestad de un Califa. El hecho es evidente, Muhammad mismo, todavía en vida y con espada mató a muchas personas que no aceptaron sus ideas. Después de la muerte de Muhammad, sus sucesores musulmanes continuaron persiguiendo incansablemente a los que abandonaron el Islam y más tarde a los judíos y cristianos como “infieles”, obligándolos a convertirse al Islam so pena de muerte, como pretenden y hacen hoy en día en Irak, Siria, Egipto, Nigeria…etc.
Hay doscientos cincuenta y cinco versículos en el Corán que ordenan la violencia y la matanza, a los “infieles-no musulmanes” lo que no está permitido en cualquier otra religión, o en un mundo civilizado. Los musulmanes nunca tienen sentimientos de culpa tras las matanzas de infieles. Porque el Corán les consuela y convence de que no hacen nada mal matando a los infieles, (Sura 8:17) “No erais vosotros quienes les mataban, era Allah Quien les mataba. Cuando tirabas, no eras tú quien tiraba, era Alá Quien tiraba, para hacer experimentar a los creyentes un favor venido de Él. Allah todo lo oye, todo lo sabe”. Esto significa que los musulmanes no tendrán ninguna culpa al matar a un infiel porque es el deseo de Allah y Allah solamente está utilizando sus manos para matar a los infieles. Los (Yihadistas) se consideran en el Islam martiries, la gente más veraz y piadosa. Todos serán recibidos en el paraíso por los ángeles con saludos de paz y amor. El paraíso en el Islam o la Yanna, según el Corán (Sura 56:17-22) “Circularán entre ellos jóvenes criados de eterna juventud con cálices, jarros y una copa de agua viva, que no les dará dolor de cabeza ni embriagará, con fruta que ellos escogerán, con la carne de ave que les apetezca. Habrá huríes de grandes ojos”. Las Huríes son mujeres vírgenes bellas, con ojos grandes y brillantes. Cada yihadista tendrá el placer de acostarse o hacer el amor con 72 Huríes en el paraíso.
El Islam y los musulmanes tienen muy asumido que dominarán el mundo, porque el objetivo principal del Islam es un control islámico sobre todos los pueblos del mundo, Allah les ha promovido a liderar todo el mundo bajo la ideología del Islam, está apoyado en las enseñanzas del Corán (Sura 9:33) “Él es Quien ha mandado a su Enviado con la Dirección y con la religión verdadera para que, a despecho de los asociadotes, prevalezca sobre toda otra religión”. Los musulmanes se creen con la superioridad de tener una religión y tener a Allah de su parte como pueblo escogido, (Sura 3:110) “Sois la mejor comunidad humana que jamás se haya suscitado: ordenáis lo que está bien, prohibís lo que está mal y creéis en Allah. Si la gente de la Escritura creyera, les iría mejor. Hay entre ellos Creyentes, pero la mayoría son perversos”.
Parece mentira que viviendo en el siglo XXI, aquellos que renuncien al Islam para abrazar cualquier otra religión, poco importa si esa el judaísmo, el cristianismo o cualquier otra idea, no podrán continuar en su nuevo credo, ya que el musulmán ha conocido la “religión verdadera” que lleva consigo la sumisión a las prescripciones de ella, no pueden volver atrás. El apóstata tiene que ser condenado a muerte, según la ley islámica en (Sura 5:33) “Retribución de quienes hacen la guerra a Allah y a Su Enviado y se dan a corromper en la tierra: serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país. Sufrirán ignominia en la vida de acá y terrible castigo en la otra”. Además en la Sunna en Sahih Al Bujari, existe un dicho (hadiz) de Muhammad N. 6922, que dice: “Aquel musulmán que cambia de religión ¡matadlo!”. Los islamistas no creen en el progreso, solo creen en el mensaje de Allah, que para ellos es perfecto y no hay nada que lo pueda complementar. Por tanto, proponen la vuelta al comienzo, a los orígenes del Islam del siglo VII que se expande por todo el mundo. El islamismo tiene además unas técnicas de predicaciones muy ensayadas y muy convincentes.
Con todo ello, actualmente se habla mucho de las posibilidades del dialogo entre cristianos y musulmanes y esto en las más altas instancias católicas, sin embargo esto es contradictorio en el Islam, porque los musulmanes, creen que el contenido del Corán es la única verdad revelada por el único Allah y que hay que cumplirlo a rajatabla, al tiempo que hay cientos de versículos en el Corán y en las tradiciones islámicas que animan a no hacer amistad con judíos o cristianos, condenando a los que rechazan el Islam y legitiman tanto los atentados, como la obligación de hacer la guerra santa o condenan explícitamente a los no creyentes especialmente a cristianos y judíos y la muerte de estos últimos. Corán (Sura 5:51) “¡Creyentes! No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá no guía al pueblo impío”. Todavía estamos esperando que algún dirigente musulmán, condene alguno de los últimos atentados terroristas, contrariamente a los dirigentes cristianos, que a lo largo los años han pedido perdón tanto por la actuación de la Inquisición, como por las cruzadas.
Para los musulmanes el pecado, no tiene las mismas connotaciones que para los cristianos, puesto que para los exegetas Islámicos la Pasión y la Redención de Jesucristo es, el fruto de un extraño desequilibrio del morbo humano. Con respecto al perdón de los pecados se obtiene directamente de Allah, sin necesidad de confesión, por medio de la oración, la limosna o por morir en la Guerra Santa o “Yihad” defendiendo el Islam o también guardando el Ramadán o Mes del Ayuno, tras el cual se perdonan las faltas cometidas en un año. También se consigue perdón de los pecados tras peregrinar a la Meca.
El Islam es uno de los problemas mayores que tiene el mundo actual, uno de los principales peligros para la paz de nuestra época, y una gran amenaza para nuestra civilización en los próximos años. Sin embargo, esta amenaza contra nuestra propia democracia y nuestra libertad de expresión, está llevada a cabo por nuestros propios políticos y por nuestros poderes judiciales. Cuando los musulmanes invadieron España en el 711, se necesitaron casi ocho siglos para expulsarlos, gracias a los Reyes Católicos, España fue liberada de los islamistas en 1492 y gracias a nuestros actuales políticos, el Islam volverá a España. Precisamente en España, muchos españoles no creen en la inminente amenaza de los musulmanes, entre otras cosas porque están engañados con la historia de la convivencia con el Islam o la “alianza de las civilizaciones”. El Islam y los musulmanes, según el Corán al fin y al cabo, son esencialmente anticristianos y como tales se comportan. Su comportamiento no está en oposición al Corán, todo lo contrario, es el Corán su base teórica para la práctica que llevan a cabo en todos los catorce siglos de su historia.
Las cosas como son. Los mártires cristianos mueren asesinados a manos de los musulmanes. Los “mártires” musulmanes mueren matando sus enemigos, los inocentes cristianos. Pocos conocen, incluidos los políticos que nos gobiernan y algunos religiosos cristianos, que un musulmán no puede actuar en contra de lo que cree de cara a los cristianos, y también la orden de matarlos si no aceptan su religión. Pues por esto podemos ver que hay una sola religión falsa y anticristo. LA MUSULMANA.
Más información:
Raad Salam Naaman, Este es el Islam, Monte Riego (León) 2015
Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí