Nadie podía imaginar que pudiera llegar a pasar, lo que está sucediendo con la invasión del coronavirus. Estamos aún haciéndonos a la idea de algo por completo imprevisto que ha trastocado seriamente nuestro vivir cotidiano. Estamos entrando, frotándonos los ojos de incredulidad, en el escenario de una película futurista inverosímil. Nos rodea lo inconcebible y nos afecta como un terremoto sin que podamos evitarlo. Muchas cosas van cambiando y muchas más van a cambiar en nuestra vida cotidiana. Supongo que en algún día terminará, sin embargo, no tengo ni idea de cuándo, ni cómo, aún más ¿Qué vendrá después?
La situación ahora es crítica. La pandemia del coronavirus y el estado de alarma azotan a toda España desde el comienzo del mes de marzo, con especial virulencia especialmente a las personas con menos recursos, que han visto cómo durante estos meses su situación ha empeorado muchísimo más. La fotografía de la pobreza, en España, está cambiando, estamos viendo rostros sorprendidos de gente conocida que, hasta ahora, tenían una vida absolutamente normal, con ingresos suficientes para sobrevivir de manera más o menos digna y que esta crisis va a arrastrar a ese precipicio de vulnerabilidad, que si se prolonga en el tiempo puede derivar en exclusión social, solicitan asistencia alimentaria. Según datos facilitados por el Gobierno, el PIB caerá en torno al 9% y la tasa de paro podría rondar al 20%. Lo que se traduce en negocios pequeños y medianos que no volverán a abrir tras el confinamiento, también en decenas de miles de familias que viven de las ferias o autónomos que dependen del turismo, que este verano no tendrán en qué trabajar. La crisis del coronavirus ha “infectado” la economía, multiplicando además el número de familias que necesitan ayuda para cubrir necesidades tan básicas como alimentarse. El daño económico causado por el Covid-19 es cada vez más visible. Gente de bien, espera como un clavo a que caiga la noche para llenar la cesta de la compra, con la comida caducada o a punto de hacerlo que desechan a diario los supermercados, son los pobres vergonzantes. Se avergüenzan de su nueva situación porque son personas que antes podían ayudar a otros y ahora necesitan que les asistan a ellos. Mientras la clase política, incapaz de aportar soluciones, se dedica a lo suyo, a lo de siempre, a pelear por el poder.
Por otro lado, hemos oído hablar mucho de los salarios de los políticos en España. Mucha gente, periodistas, comentaristas, presuntos especialistas y los mismos políticos, indican que los políticos en general en España están mal pagados. No estoy de acuerdo con ellos ¡Veamos! Hay 40 parlamentarios en el Congreso de los Diputados que no tienen una experiencia laboral anterior. Es decir, más del 11% de los diputados de la Cámara Baja han vivido siempre de la política. En general si los diputados no fueran políticos ¿Dónde trabajarían? ¿Cuánto ganarían?
Incluyendo el presidente del país, el “presunto doctor” Pedro Sánchez. Conozco varios doctores en economía, con un nivel de conocimiento más elevado el de Sánchez, que están apuntados en la lista del paro o profesores que ganan entre 1600€ y 2000€ al mes. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), publicado en noviembre 2019, el salario medio en España se sitúa en los 23.000€. ¿Cuánto gana Pedro Sánchez? El Salario base anual del presidente es de 84.845,16€, según el real decreto ley publicado el 22 de Enero 2020, en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
En líneas generales, la función principal de un diputado, es buscar y proponer soluciones a los problemas comunes de la sociedad y defender los derechos de los ciudadanos. Así como llevar a cabo una correcta gestión de los recursos del Estado. Su herramienta es la voz y el voto de los que hacen uso en el Congreso de los Diputados. Para ello deben asistir las sesiones parlamentarias que se celebran en la cámara, tanto las ordinarias como las extraordinarias. También pueden pertenecer a una comisión especial que se encarga de un tema concreto.
Según INE, los diputados cobran entre 54.584€ y 68.642€ anuales sin sumar complementos, pudiendo aspirar a un sueldo de casi 110.000€ anuales. Un total de 269 de los 350 diputados que componen la Cámara Baja han visto aumentados sus sueldos tras la formación de las distintas comisiones del Congreso de los Diputados. Esto se debe a que a su salario base hay que añadirle un complemento que puede oscilar entre los 739,30€ mensuales hasta los 1.515,76€ mensuales. El salario base de un diputado, fijado en el régimen económico de la cámara, es de 2.981,86€ al mes. A esta asignación se le añade una indemnización mensual que varía en función de la provincia en la que han sido elegidos. A los electos por Madrid les corresponden 917,03€ y para los diputados de circunscripciones distintas a Madrid, 1.921,20€ mensuales. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, además de su salario como diputada, tiene un complemento mensual de 9.694,47€ como presidenta de la Mesa y otro extra por presidenta de la Comisión de Reglamento, 1.516,76€ mensuales. Así, le corresponde un sueldo de 225.600€ anuales, siendo el más elevado de un alto cargo público en España. Sus señorías no solo reciben su nómina, también tienen dietas. Cuando se desplazan, si usan su coche, se les abona 0,25€ por kilómetro, así como el pago de peajes. Aquellos diputados que no disponen de vehículo cuentan con tarjeta de servicio Taxi con un límite anual de 3.000€. Por último, en el momento de recoger su acta, los diputados y senadores reciben lo que se conoce como el “kit tecnológico” compuesto por un iPad, un iPhone, una cartera y un despacho, además de todos los gastos necesarios para que tengan una conexión a Internet desde su casa.
El Gobierno social-comunista, se salda con 22 ministros, que supone una cantidad aún mayor de secretarios de Estado: 30 Trabajan en la sombra, los que pueden llegar a cobrar, más de 115.000€ brutos anuales, sin contar los trienios de antigüedad (en el caso de ser funcionarios) y gracias al opaco complemento de productividad.
Tanto Pablo Iglesias como su pareja de hecho, Irene Montero, llamaban a todos ellos “casta política”. Ahora, Pablo Iglesias vicepresidente segundo del gobierno social-comunista, tiene un sueldo fijado de 79.746€ anuales en 12 pagas, son 6.645€ al mes. Montero, como ministra de Igualdad, percibe un salario de 74.858€ al año, también en 12 pagas, que se traduce en 6.238€ mensuales. Entre los dos perciben cada mes unos 12.883€. Al cabo de un año son 154.596€.
Yo soy doctor, profesor y escritor, como miles que hay en este país. Compré mi portátil, mi móvil y pago el transporte con mi sueldo que es bastante inferior al de un político y diputado. Es verdad que la gran mayoría de los diputados son titulados como muchos españoles, si no fueran políticos probablemente estarían en la cola de las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo o trabajando como, los ahora privilegiados, mileuristas. Gracias a la política están donde están.
El título prueba la licenciatura pero no confirma la cultura.
Siempre entendí que los políticos gobernantes, sobre todo en los Estados Democráticos, están para ayudar a prosperar a sus conciudadanos. Los gobernantes no quitan el dinero a los ricos para dárselo a los pobres, como Roben Hood. Los dirigentes están para enriquecer al pobre, apoyar al rico y así generar empleos para los pobres.
El gobierno social-marxista, a la cabeza Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, parece que quiera acabar con los ricos del país, con la escusa, de ayudar a los pobres.
¿Por qué no dais el ejemplo y empezáis por vosotros?
Por ejemplo:
- Reducir el número de los ministros en el gobierno.
- Reducir el número de los 350 diputados.
- Reducir los altos cargos en diputaciones provinciales.
- Reducir los 1368 parlamentarios autonómicos.
- Reducir el número de los altos cargos estatales, autonómicos y afines.
- Reducir las subvenciones a ONGs que no aportan nada, en este momento.
- Reducir el número de consejeros, secretarios generales, asesores, etc.
- Eliminar el Senado, 265 senados.
- Eliminar pensiones vitalicias de los políticos.
- Regulaciones de salarios por cargo.
Escuchando y hablando con algunos políticos y nuevos diputados, tanto de “derechas” como de “izquierdas”, antes de sus éxitos electorales, tenían una visión diferente, querían cambiar todo y acabar con estos privilegios, pero ahora que están dentro con la “casta política”, se han olvidado de todo ello, más bien se han integrado en el sistema que criticaban. No parece lógico que una persona que presta un servicio público pueda ganar más de lo que en realidad sería un sueldo digno. Sin embargo, ninguno de ellos renuncia a sus privilegios. Es posible que para que esto cambie sea necesaria una reforma, pero ¿Quién la va a votar? ¿Qué político o diputado va a tirar piedras sobre su propio tejado?
En mi opinión, en España hoy día, la política está podrida, “todos” los políticos y partidos políticos están igual de egoístas, sin principios ni valores cristianos.
Que Dios bendiga a España y a todos los españoles de buena fe, a pesar de la clase política.
Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo y patriota español a mucha honra