- Durante el juicio del asesinato del periodista y escritor egipcio Farag Foda (1946-1992). El juez Preguntó el asesino islamista: ¿Por qué mataste el periodista y escritor Farag Foda? Contestó el asesino: porque es un incrédulo, agnóstico y blasfemo merece la muerte.
El juez le preguntó: ¿Como sabes? ¿Has leído sus libros o sus escritos?
El asesino dijo: ¡No… yo no sé leer ni escribir…soy analfabeto!En los años 80, Farag Foda adquirió notoriedad al pronunciarse en contra de la islamización de las sociedades musulmanas. En sus libros y artículos periodísticos criticaba a los islamistas, ponía en entredicho la versión oficial de la historia del Islam y defendía el laicismo y la democracia liberal. El 3 de junio de 1992 un consejo de ulemas de la Universidad de al-Azhar emitió un comunicado en el que el periodista y escritor Farag Foda era acusado de blasfemia. Cinco días más tarde, dos miembros del grupo terrorista al-Yama’a al-Islamiyya entraron en la oficina de Foda y lo mataron a tiros. Ma’mun al-Hudhaybi, entonces líder de la organización de los Hermanos Musulmanes, fue uno de los primeros en celebrar el crimen. Muhammad al-Ghazali, ulema de al-Azhar y antiguo Hermano Musulmán, declaró en el juicio de los asesinos que si el estado egipcio no castiga a los apóstatas, alguien tiene que hacerlo. Por su parte, el consejo de ulemas de al-Azhar publicó ¿Quién mató a Farag Foda?; su conclusión era que la víctima había provocado su propia muerte. - Durante el juicio del intento del asesinato del escritor Naguib Mahfuz (1912-2006). El juez preguntó el islamista que intento asesinarle: ¿Por qué querías matar el escritor Naguib Mahfuz?
El islamista contestó: porque es un incrédulo y liberal, merece la muerte, se puede ver en su novela “Los hijos de nuestro barrio” escrita en el año 1959.
El juez le preguntó de nuevo: ¿Has leído la novela? Dijo el islamista: ¡No…yo no sé leer ni escribir…!Naguib Mahfuz nació en 1912 en El Cairo. Desde su primera novela publicada en 1939 hasta la actualidad, ha escrito más de sesenta obras que abarcan desde la novela histórica hasta el tono más existencialista, pasando por una época de marcada intención realista o social. Algunas de ellas como El Callejón de los milagros (1947), Principio y fin (1951) o La epopeya de los miserables (1977), lo han consagrado como uno de los mejores escritores árabes de todos los tiempos. En 1988 recibió el Premio Nobel de Literatura. - Durante el juicio del asesinato del ex presidente egipcio, Al Sadat (1918-1981), El juez Preguntó el asesino islamista: ¿Por qué mataste el ex presidente?
Contestó el asesino islamista: porque es un agnóstico.
El juez le preguntó de nuevo: ¿Qué es un agnóstico? Dijo el asesino: ¡No lo sé…!Muḥammad Anuar Al-Sādāt, fue un político y militar egipcio que ejerció los cargos de Presidente y Primer Ministro de Egipto durante 11 años hasta su asesinato.Todo eso me viene a la memoria, el escritor británico Salman Rushdie. Cuyo nombre completo es Ahmed Salman Rushdie, nació en Bombay el 19 de junio de 1947, es un escritor y ensayista británico, cuyas dos novelas más famosas son Hijos de la medianoche y Los versos satánicos. La publicación de Los versos Satánicos, en septiembre de 1988, provocó una controversia inmediata en el mundo musulmán debido a la supuesta irreverencia con que se trata a la figura del profeta Mahoma. India prohibió el libro el 5 de octubre, y Sudáfrica el 24 de noviembre. Al cabo de varias semanas, todo el mundo árabe e islámico había prohibido la novela. El 12 de febrero de 1989, cinco personas fueron abatidas por los disparos de la policía durante una protesta contra el libro en Islamabad. El 14 de febrero de 1989, un edicto religioso, o fatwa, instando a su ejecución fue leído en Radio Teherán por el ayatolá Jomeiní, líder religioso de Irán. El edicto acusaba al libro de “blasfemo contra el Islam”. Además, Jomeiní acusó a Rushdie del pecado de “apostasía”, el abandono de la fe islámica que según los ahadiz, o tradiciones del profeta, debe castigarse con la muerte. La acusación de apostasía se debió a que Rushdie a través de la novela afirmaba no creer ya en el Islam. Jomeiní hizo un llamamiento a la ejecución del escritor, y también a la ejecución de aquellos editores que publicaran el libro conociendo sus contenidos. El 24 de febrero de 1989, Jomeiní ofreció una recompensa de tres millones de dólares estadounidenses por la muerte de Rushdie. Rushdie pasaría años viviendo escondido bajo protección británica.En aquel tiempo, yo he estado en mi país natal Irak estuve haciendo obligado el servicio militar. Tuve muchos discusiones e enfrentamientos con mis compañeros, amigos, colegas y camaradas, todos son musulmanes de Fe y universitarios “Cultos”, afirmaban que Salman Rushdie es un satánico, incrédulo y blasfemo; merece ser asesinato. Yo les preguntaba a todos ¿Habéis leído su libro famoso “Versos Satánicos” o cuál que otro libro para juzgarle de esta manera? Todos afirmaban y contestaban: ¡No… ni conocemos su Biografía!
LA LLAMADA “PRIMERA ÁRABE”
Las ultimas revueltas y protestas en el mundo árabe, calificadas por distintos medios de comunicaciones y políticos, como las revueltas democráticas árabe o primavera árabe, en mi opinión, no son más que el comienzo de un otoño muy escuro y duro, no trae nada bueno, al contrario, aumenta el fanatismo, el radicalismo islámico y la persecución de los cristianos en el mundo árabe y islámico. Es una aminaza para todo el mundo.Encima, los rebeldes contaron y cuentan con el gran apoyo del Occidente, antes de conocer realmente quien son las cabezas de estas rebeliones o quien mueve todo ello. Fue una gran irresponsabilidad y una gran equivocación.
La mal llamada primavera árabe ofrece todo, menos la democracia y la libertad. Además, los únicos ganadores están siendo, los Salafistas, los Wahabistas y sus brazos políticos y armados, los Hermandad musulmana.
No todas las rebeliones y protestas populares son buenas, al contrario puede ser peor, tenemos el ejemplo de Irak e Irán. Los gobernantes occidentales deben de aprender de todo ello. Para eso, sirve la historia para vivir el presente y plantillar el futuro.