Gracias a nuestras leyes y la ignorancia, el Islam nos invadirá y nos dominará

Lo que escuchamos en la prensa acerca del Islam es una mezcla confusa de propaganda relativista. Cuando nuestros líderes políticos nos venden la idea de que el Islam es una religión de paz, a veces basándose en buenas intenciones, otras veces desde la ignorancia y muchas veces en la asesoría de musulmanes “sospechosos” que nunca se han conocido una madrasa islámica en Arabia Saudita, Irak, Siria, Irán, Pakistán, Afganistán, Palestina…etc.

Nuestro Señor Jesucristo, el Maestro de Galilea, nos advirtió del Islam en Su Gran Profecía (Mateo 24:23-28) “Entonces si alguien les dice: ‘¡Miren! Aquí está el Cristo’, o: ‘¡Allá!’, no lo crean. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas y darán grandes señales y prodigios para extraviar, si fuera posible, hasta a los escogidos. ¡Miren! Les he avisado de antemano. Por eso, si les dicen: ‘¡Miren! Está en el desierto’, no salgan; ‘¡Miren! Está en los aposentos interiores’, no lo crean. Porque así como el relámpago sale de las partes orientales y resplandece hasta las partes occidentales, así será la presencia del Hijo del hombre. Dondequiera que esté el cadáver, allí se reunirán las águilas”.
Además, Jesús hasta el último instante de Su vida terrenal, sostuvo que “Su reino no era de este mundo” (Juan 18:36). Muhammad en cambio, glorificó y patrocinó un reinado mundano que aspira un día a dominar el universo entero con la espada.

Un análisis de la historia del Islam y su libro sagrado Al Corán, revela claramente, el espíritu violento que caracteriza la fe islámica y que nuestros líderes están equivocados.

Según la traducción musulmana, Muhammad el profeta de los musulmanes, en Medina gozó de constituir y estructurar una comunidad y un estado, siendo él mismo el líder religioso, jefe político y caudillo militar. No obstante, hay que reconocer que en la historia musulmana y en el propio Corán quedan testimonios de violencia liderados por el propio Muhammad. La historia registra la masacre de los judíos en la Península árabe (Al Medina), entre los años 624 y 627. Cuando Muhammad, ordenó y participó en la decapitación de más de 3000 hombres de las tribus judías Banu Quraida, Nadir, Qonaiqona’, Mustalaq y Jaybar, además de las mujeres judías que fueron capturadas como esclavas sexuales. La primera víctima de Muhammad y sus seguidores, fue una importante tribu judía, llamada Banu Quraida, que se negó a aceptar el Islam y el liderazgo de Muhammad. Como consecuencia y por las órdenes del mismo, todos los hombres fueron decapitados y las mujeres y los niños fueron convertidos en esclavos, entre ellas Rayhana, quien fue convertida en la octava mujer, concubina y esclava sexual personal de Muhammad por el resto de su amarga vida. La tribu judía de Banu Al Nadir también se negó a convertirse al Islam y su fin no fue mejor que sus hermanos de la tribu Banu Quraida. Poco después, las fuerzas islámicas dirigidas por Muhammad destruyeron sus cultivos, sus tierras y sus pertenencias fueron confiscadas, sus niños condenados a la hambruna, violaron a las mujeres y los hombres fueron asesinados, uno de ellos fue el líder Kinana bin Al-Rabi’, quien fue torturado por orden de Muhammad para que revelara el lugar secreto donde su tribu guardaba un tesoro, y al no lograr someterlo, Muhammad lo decapitó y luego tomó forzada a su mujer Safia como su novena esposa y otra esclava sexual personal (Sura 32:26) “¿Es que no les dice nada que hayamos hecho perecer a tantas generaciones precedentes, cuyas viviendas huellan ellos ahora? Ciertamente, hay en ello signos. ¿No oirán, pues?”. Este episodio es presentado en el Corán como una victoria que Allah concedió a sus fieles (Sura 8:17) “No erais vosotros quienes les mataban, era Allah quien les mataba”.

El libro sagrado de los musulmanes, que se llama Corán contiene 255 versos que llaman a los musulmanes a la guerra contra, los infieles, judíos y cristianos, al mismo tiempo son imperativos abiertos para todos los tiempos y hasta nuestros días. Según la traducción musulmana, en el Corán la (Sura 9), fue la última Sura, que Muhammad recibió y trasmitió a sus seguidores. Esta Sura, está dedicada totalmente a los infieles, a los no musulmanes, entre ellos los judíos y cristianos, declara claramente que todos los infieles deben ser aniquilados o completamente sometidos (Sura 9:5) “Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores (judíos y cristianos) dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen el azalá y dan el azaque, entonces ¡dejadles en paz! Allah es indulgente, misericordioso”.

Algunos musulmanes o lectores de Al Corán excusan o dicen que no todo Al Corán es violento, que se inicia con casi 124 versos de paz. Es verdad, antes de la Hégira, la propaganda religiosa se desarrollaba de modo pacífico. El Corán es formal al respecto: “…con sabiduría y buena exhortación, llama al camino de tu Señor. Discute con ellos de la manera más conveniente” (Sura 16:125). “Repele el mal con algo que sea mejor” (Sura 23:96). “Y no discutáis sino con buenos modales con la gente de la escritura” (Sura 29:46). “No es igual obrar bien y obrar mal. Repele con lo que sea mejor y he aquí que aquél de quien te separe la enemistad se convertirá en amigo ferviente” (Sura 41:34). Estos versículos y otros más, que con frecuencia tren a cuento a los imames musulmanes, escritores, periodistas, políticos…etc. para elogiar al Islam, pertenecen al período mecano. Más tarde, en Medina, el tono de Al Corán cambia, sube de grado y se convierte en agresivo. Efectivamente, en Medina, una vez asegurada su posición como jefe político y religioso, Muhammad escribe mensajes que muestran su carácter agresivo y amenazador. Según la traducción musulmana, los destinatarios de dichos mensajes eran altos personajes: el gobernador de Egipto; Heraclio, el emperador de Bizancio; Kosrra, el Rey de Persia; Nayashi, el Rey de Abisinia…etc.

Como ejemplo, así habría escrito Muhammad a Heraclio, el emperador de Bizancio: “De Muhammad, enviado de Allah al emperador de los Bizantinos. Te invito a abrazar el Islam. Si, pues, te sometes, te conviertes al Islam, tendrán lo que tienen los sometidos a Allah y te incumbirán idénticos deberes. Pero si no adhieres al Islam, pagarás la Yizia, capitación o tributo. Porque Allah el Altísimo me dijo en Al Corán (Sura 9:29) “¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura, no creen en Dios ni en el último Día, ni prohíben lo que Allah y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo, directamente!”.

Conforme a una ciencia muy conocida en el Islam, que se llama Al Nasij wa Al Mansuj, que se puede resumir en estas palabras: los últimos versos invalidan o anulan completamente los más antiguos. Esta orden que alienta la violencia, invalida los 124 versos anteriores que instan a la paz. Es Al Yihad, la guerra santa, instituida en vistas a la propagación de la fe musulmana. Participar en Al Yihad, es practicar un acto de culto agradable a Allah. Esto es lo que proporciona el combustible que justifica Al Yihad en las mentes musulmanas (Sura 9:3) “Habla en nombre Allah y Su Enviado Muhammad, dirígete a los hombres el día de la peregrinación mayor. Allah no es responsable de los asociadores (cristianos y judíos), y Su Enviado tampoco. Si se arrepienten será mejor para ellos. Pero, si no obedecen, toman la espalda, sepan que no escaparán de Allah. ¡Anuncia a los infieles (cristianos y judíos) un castigo doloroso!”. De acuerdo con escolásticos musulmanes, las palabras árabes Nasij wa Mansuj son ambas derivadas de la misma palabra Nasaja, que significa “abolir, reemplazar, abrogar”. El Nasij (participio activo), “la abrogación” y mansuj (pasivo) significa “lo abrogado”. En conclusión, en lenguaje técnico, mansuj se refiere a ciertas porciones coránicas que conforme a la religión islámica son reveladas, han sido “abrogadas” por las otras más recientes. En palabras simples: para los fundamentalistas, aquellos que, entienden el texto del Corán de manera literal, interpretan que los versos más virulentos abrogan los más pacíficos… ¡Los violentos tienen prioridad sobre los pacíficos!

Para el Islam y los musulmanes, el ejemplo de Muhammad es sagrado. Todo lo que hizo fue bueno y digno de ser imitado, incluyendo sus conquistas y matanzas. Cuando nuestros líderes y otros en el Occidente, hablan del Islam como “Fe de paz” y citan los primeros versículos, que son los más pacíficos y en realidad son abrogados del Corán, no están haciendo justicia a la forma en la que en realidad suceden las cosas. Como la situación de los cristianos en Irak y Siria, que es ya insostenible. Estamos en el siglo XXI, y los cristianos en Irak y Siria, están viviendo en la misma realidad de los judíos en tiempos de Muhammad. Si la persecución era ya grave, con la llegada del “Estado Islámico” se corre el riesgo de que el cristianismo se extinga en una zona cuya presencia se remonta a más de 2000 años, y como la desaparición de los judíos de la península árabe. La única esperanza para mi comunidad cristina en Irak y Siria, es que se oiga su voz y que la presión internacional pueda frenar el avance del “Estado Islámico”. Es el momento de la unión entre judíos y todos los cristianos en el Occidente para presionar a sus gobiernos e instituciones para acabar con esa estructura criminal. Defender y ayudar a los cristianos perseguidos en el Oriente medio y África es una obligación, es una urgencia, es una vida o muerte y el tema no puede eternizarse ni aplazarse. Pedimos a darle difusión constante y acelerada en todo el mundo, hablamos de personas amenazadas, acosadas, persistentes, torturadas y decapitadas, personas inocentes amadas, llenas de Paz, Fe y Amor.

No dejemos engañar, la gran amenaza terrorista en todo el mundo no es el Estado Islámico, Al Qaeda, Boco Haram u otros grupos terroristas. El principal culpable de toda está amenaza en el mundo, es el Islam. La guerra santa para el Islam es una situación normal y no se concibe la paz sino como una tregua durante la cual se prepara la guerra. De aquí se sigue que en el Islam es difícil delimitar el concepto de la paz. Los juristas musulmanes han construido su sistema sobre una hipótesis-dogma “Allah mismo ha prometido la victoria definitiva”.

Ojo…Gracias a nuestras leyes blandas contra el terrorismo islámico, el incremento de la emigración y la natalidad islámica frente la escasez de la población nativa en el Occidente, el aborto, el matrimonio del mismo sexo, el orgullo gay, al desasosiego y la ignorancia del Islam y sus constituciones…el Islam nos invadirá y nos dominará y en un futuro no muy lejano.


Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí

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