En todo el mundo Occidental, tradicionalmente cristiano, donde los emigrantes musulmanes viven en minoría, tienen toda la libertad para celebrar sus pascuas como Ramadán, construir escuelas coránicas y mezquitas, rezar en ellas las cinco veces al día.
Al contrario, de los cristianos que viven con los musulmanes en el territorio que hoy día se llama el “mundo árabe musulmán”. En estos territorios, los musulmanes, obligan a los cristianos a la conversión, violan a las mujeres cristianas y las obligan a casar con sus violadores, para convertirlas a musulmanas. Además, los cristianos no pueden celebrar sus pascuas; las navidades y la semana santa libremente, ni si quiera levantar una misa tranquilamente. Todo eso y nadie habla de ello ni protesta, ni si quiera el Vaticano, con todo el respeto y amor cristiano.
La persecución y el genocidio de los cristianos en el “mundo árabe musulmán” es una realidad, quien no lo percibe porque es ciego.
La verdadera alegría de Navidad, no existe en los adornos, en la nieve, en el árbol de Navidad, en la chimenea, en los regalos, en comer y beber. La verdadera Navidad es el calor que vuelve al corazón de las personas, la generosidad de compartirla con otros y la esperanza de seguir adelante.
Digo todo eso, porque como verdaderos cristianos estamos viviendo días entrañables celebrando con alegría y libertad el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Pero debemos de recordar de nuestros hermanos cristianos que están sufriendo la persecución y el genocidio en Irak, Irán, Siria, Egipto, Pakistán, Nigeria…en el nombre del Islam y los musulmanes, claman justicia por parte de todos.
Algunos, amigos y lectores de este Blog, me preguntaron por ¿Si concede la historia de María y Jesús en el Corán y la piedad musulmana con el Evangelio?
En el Corán (el libro sagrado de los musulmanes) a ninguna otra mujer se le da más atención que María. El Corán cuenta la historia de solo veinticinco Profetas, pues, María recibe más atención que a todos los Profetas.
En los 114 capítulos que componen el Corán, María esta entre las ocho personas en tener un capítulo a su nombre. El decimonoveno capítulo del Corán que se llama Miriam, en honor a la Virgen María o “Maryam” en árabe. El tercer capítulo del Corán se llama Al- `Imran (la familia de `Imran), el cuál `Imran, según el Islam, es el padre de María. Maryam o María es el único nombre propio femenino que se encuentra en el Corán. Se repite al menos 34 veces. En 24 de ellas se cita a María con ocasión de hablar de su hijo Jesús.
Las referencias a María las recogemos siguiendo el orden de los Suras o capítulos del Corán; y dentro de cada Sura se señalan los versículos. Hay referencias a María o Maryam, en siete Suras: Sura 3: 33- 43; Sura 4:156,169; Sura 5:72-77,109110,112119; Sura 19:16-33; Sura 21:91; Sura 23:50 y Sura 66:12.
Para captar los significados reservados del papel de María en la espiritualidad musulmana, no se podría hacer nada mejor que dejarse guiar por los versículos del Corán para contar la historia de María desde su nacimiento en el libro sagrado de los musulmanes.
Con relación a los padres de María; y a su venida al mundo, el Corán cuenta; de que Dios elige a la familia de `Imran, según (Sura 3:33-34) “Dios ha escogido a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la familia de `Imran por encima de todos. Como descendientes unos de otros. Dios todo lo oye, todo lo sabe”. En ella, la familia de `Imran, nace María. Explicando estos dos versículos; los sabios musulmanes, entre ellos, `AbdulRahman bin Nasir Al- Sa`dy, en su libro “explicando el Corán” dice: “Elegidos de Dios en el amor fueron Adán, Noé, Abrahán y la familia de `Imran. `Imran es el padre de María y Moisés”. Quedaos con este detalle.
Cuenta un episodio musulmán cuyo recuerdo se ha hecho muy popular: “El padre de María `Imran y su madre Hanna o Ana, que llevaban una existencia modesta y tranquila en Nazaret, no habían tenido descendencia hasta una edad avanzada. Un día su atención se vio atraída por un pájaro que, en un árbol, daba alimento a sus crías. Emocionada y bajo el efecto de un arrebato de amor maternal, Hanna sintió el deseo de tener un hijo y de dedicarlo al servicio de Dios. Su deseo fue concedido y se quedo encinta”. Es entonces donde se sitúa el episodio relatado por el Corán en (Sura 3:35) “La mujer de `Imran dijo: ¡Mi Señor! Yo te consagro lo que está en mi seno; acéptalo de parte mía. Tú eres en verdad Aquel que escucha y que sabe”.
Poco después trajo al mundo una niña y, siempre según la narración coránica. Ella “la madre de María” dijo en (Sura 3:36) “Yo la llamo María, yo la pongo bajo tu protección a ella y a su descendencia, frente Satán el maldito. Su Señor acogió a la niña haciéndole un bello recibimiento: la hizo crecer con un bello crecimiento y la confió a Zacarías”. Porque `Imran había muerto antes del nacimiento de la niña y Zacarías, su tío y padre del profeta Yahya (Juan el Bautista), asumió su cuidado.
Para los musulmanes, María es, por su raíz, una mujer predestinada, entre todas las criaturas. Esta es la ascendencia de María, mujer privilegiada de parte de Dios en atención a que será madre del Mesías. Es entonces donde se sitúa un celebre episodio narrado por la misma; el Corán (Sura 3:37) “María tenía la costumbre de retirarse en un mihrab, un nicho de oración, y cada vez que Zacarías entraba allí, comprobaba que ella disponía de un alimento llegado misteriosamente. Él le preguntaba entonces: ¿OH María, de donde viene todo esto? Ella respondía: Esto viene de Dios: Dios da su subsistencia a quién Él quiere”. Este versículo coránico figura frecuentemente entre los motivos caligráficos que adornan los mihrabs; una pequeña habitación que marca en las mezquitas el sitio donde han de mirar los que oran y también alberga el Corán de las mezquitas.
Este versículo se ha prestado a muchos comentarios, porque según Flavio Josefo en su libro, Antigüedades Judías en el antiguo Israel, no había tradición ni estaba permitido acoger a mujeres en el servicio al templo. Sin embargo, aquí el verso coránico anota que María, presentada en el templo por su madre, que acababa de quedar viuda, y fue acogida en el templo y puesta bajo el cuidado de un sacerdote (Zacarías).
Dios elige a María para que sea la madre del Mesías Jesús, este relato se encuentra en el Corán, (Sura 3:42-43) “Un día le dijeron los Ángeles: ¡OH María! Dios te ha elegido y te ha purificado; Él te ha escogido con preferencia a todas las mujeres del universo. ¡OH María!. Sé devota a tu Señor; póstrate y adora con los adoradores”.
Los exegetas musulmanes han creído o intuido en el versículo 42 que no sólo tenemos delante un eco de la concepción de María en gracia sino incluso una declaración de verdad, pues fue elegida, purificada, escogida y privilegiada entre todas las mujeres. El Corán sigue contando en (Sura 3:45-47) “Y cuando los Ángeles dijeron: ¡OH, María! Dios té albricias con Su Palabra. Su nombre será el Mesías Jesús, hijo de María. Será distinguido en esta vida y en la otra, y se contará entre los más próximos a Dios. Hablará a los hombres en la cuna y de adulto, y se contará entre los virtuosos. Dijo: ¡OH, Señor mío! ¿Cómo podré tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre? Le respondió: ¡Así será! Dios crea lo que Le place. Cuando decide algo, sólo dice: ¡Sé! Y es”.
La importancia de María en el Islam está subrayada por el hecho de que en el Corán (Sura 19) que relata primero la Anunciación y la Natividad se designa por ese nombre y segundo según el Corán; Dios ordena a Muhammad que hable de María. A continuación el pasaje principal en los versículos 16-33 del capitulo 19. Empezamos con los versículos 16-21 “Y narra ¡OH! Muhammad la historia de María que se menciona en el Libro. Ella dejó su familia y se retiró en un lugar hacia Oriente. Colocó un velo entre ella y los suyos. Nosotros le hemos enviado nuestro Espíritu; él se presentó ante ella bajo la forma de un hombre perfecto. Ella dijo: “¡En el Clemente me refugio contra ti, si eres piadoso! Él dijo: Yo soy el enviado de tu Señor para darte un hijo puro. Ella dijo: ¿Cómo tendré yo un hijo? Ningún hombre me ha tocado nunca y yo no soy disoluta. Él dijo: Es así: Tu Señor ha dicho: Eso es fácil para Mí. Haremos de él un Signo para todos los hombres, una misericordia venida de Nosotros. El decreto es irrevocable”.
Se observará fácilmente, que este fragmento viene a decir lo mismo que se dijo en la (Sura 3:47). Indiquemos, pues, sólo algunos detalles y limitaciones:
-cuando el texto del Corán dice “Nuestro Espíritu” no ha de entenderse que habla del Espíritu Santo sino de un Enviado o Mensajero (el Ángel Gabriel).
-cuando habla de “un hijo puro” no ha de entenderse que habla del Hijo de Dios sino sólo de una persona excelente, libre de pecado, que crece en santidad.
-cuando el Ángel dice “esto es así” se refiere a que la creación del hijo, hombre no es obra de padre humano sino del poder de Dios.
-cuando habla de que la concepción y nacimiento será “un signo para los hombres” está declarando que en todo este asunto se encierra algo prodigioso, digno sólo de Dios, que hablará a los hombres para su bien.
Seguimos con el relato en los versículos 22- 26 del capitulo 19: “Ella quedó encinta del niño y después se retiró con él en un lugar alejado. Los dolores la sorprendieron cerca de un tronco de palmera. Ella dijo: ¡Desdichada de mí! ¡Ojalá hubiera muerto antes de esto y estuviese completamente olvidada!. Gabriel que se encontraba a sus pies le dijo: ¡No te entristezcas! Tu Señor ha hecho surgir un arroyo a tus pies. Sacude hacia ti el tronco de la palmera: caerán dátiles frescos y maduros. Come, bebe y tranquilízate. Cuando veas a algún mortal, dile: Yo he hecho voto al Clemente de ayunar. Hoy no hablaré a ningún humano”.
La disparidad entre el texto del Corán y los textos del Evangelio es evidente.
Según el Evangelio de (Lucas 1:38-40) “Una vez presentada a María la voluntad del Padre que le pedía su colaboración, la Virgen se puso en sus manos: Soy la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Y seguidamente, urgida por la caridad y con ansias de comunicación de los dones divinos, partió aprisa a la montaña, a una aldea de Judea, y saludó a Isabel”. Aquí no hay velo, ni ocultamiento, ni huída al desierto.
En cambio, en el Corán, la virgen que concibe se aleja del hogar de la convivencia y pone un velo de ocultamiento a la vista de los suyos. Y, tras hipotéticos meses de retiro, experimenta los dolores de parto estando en su soledad, apoyada en el tronco de una palmera. Dada esa situación, en el desierto no hay cuna-pesebre, ni gruta de albergue, ni pastores ni ofrendas como dice el Evangelio de (Lucas 2:7-8) “y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. Había en aquellos campos unos pastores que pasaban la noche al raso velando sus rebaños”. Sólo la sombra y apoyo de una palmera.
Sigue el relato con los versículos 27-28 “Ella volvió con los suyos llevando el niño. Ellos dijeron: ¡OH María! ¡Has hecho algo inadecuado! ¡OH hermana de Aarón! ¡Tu padre no era un hombre malo y tu madre no era una prostituta!”.
Leído el texto, cuyos últimos versículos pasan a la reflexión siguiente, procede efectuar dos anotaciones en relación con el Evangelio:
-Primera; María vino a los suyos y la condenaron por su embarazo y niño.
¿Tendrá esto alguna relación con las turbaciones de san José al comprobar el embarazo de María en (Mateo 1:19-21) “José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto. Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se la apareció en sueños y le dijo: José hijo de David, no tengas reparo en recibir a María como esposa tuya, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados”. El Corán no tiene noticia de san José.
-Segunda; En el versículo 28 se llama a María claramente “hermana de Aarón”.
Seguramente se ha confundido o mezclado a María, la madre de Jesús, con Miriam la hermana de Aarón y Moisés.
Según la Biblia (Antiguo Testamento) (Números 26:59) “El nombre de la esposa de Amram fue Jokebed, hija de Leví. Con el tiempo ella le dio a luz a Amram; Aarón, Moisés y Miriam la hermana de ellos”. Si es, como dice el Corán, que María la madre de Jesús es la misma Miriam la hermana de Aarón y Moisés, entonces la madre de María no era Ana, era Jokebed, ni era estéril, porque tuvo dos hijos; Aarón y Moisés a parte de María. Lo más grave todavía es la larga estancia entre las dos épocas; el de María la hermana de Moisés y el de María la madre de Jesús, mil doscientos años al menos separan a las dos Marías.
Otro grupo de sabios musulmanes excusan o intentan a reglar este echo diciendo; que el Corán no quiere decir que María la madre de Jesús fue físicamente la hermana de Aarón y Moisés sino una descendencia de Aarón. Pero tampoco fue así, porque en la Biblia (Antiguo Testamento) en (Números 26:63-65) “Estos son los censados por Moisés y el sacerdote Eleazar, los cuales hicieron el censo de los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. Entre estos no había ninguno de los registrados por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes hicieron el censo de los hijos de Israel en el desierto de Sinaí. Por que Dios había dicho de ellos: Morirán en el desierto, y no quedó ninguno de ellos, excepto Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun”. Nos afirma; Que los hijos de Moisés y su hermano el sacerdote Aarón murieron en el desierto y no quedó ninguno de ellos. Además, comparando los relatos Bíblicos en (Mateo 27:56), (Marcos 15:40) y (Juan 19:25). El resultado nos lleva que María la madre de Jesús tenía una hermana que se llamaba Salomé. Por lo tanto, tampoco era estéril la madre de María, según la Biblia.
Seguramente Muhammad se mezcló o confundió y tuvo un gran lió entre las historias de Miriam la hermana de Aarón y Moisés, María la madre de Jesús y la historia de Ana la madre del profeta Samuel, en la Biblia, pero que tiene que ver Ana la madre de Samuel aquí, leemos (1 Samuel: 1-28) “Que vivía con su esposo Elqaná y Peniná, la otra esposa de este. Elqaná amaba más a Ana a pesar de que esta había permanecido estéril por mucho tiempo mientras que Peniná la había dado varios hijos. Peniná vejaba a Ana debido a su esterilidad. Ana le hizo un voto a Dios, diciendo que si daba a luz un hijo, se lo entregaría para su servicio. Una vez que dio a luz a Samuel, se lo presento a Dios como había prometido, llevándole al servicio del templo con el sumo sacerdote Elí”.
El Corán cuenta que Jesús habló cuando todavía estaba en la cuna, a juzgar por las referencias que se recogen en el Corán (Sura 19:29-30) “Entonces ella se lo indicó. Dijeron: ¿Cómo vamos a hablar a uno que aún está en la cuna, a un niño? Dijo Él: Soy el siervo de Dios. Él me ha dado Escritura y ha hecho de mí un Profeta”. Pero la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento), no cuenta nada de eso.
Este pasaje coránico, muy frecuentemente recitado, es uno de los elementos más importantes que mantienen viva en el Islam la presencia de María y de Jesús. Al milagro del recién nacido capaz de hablar en su cuna, se puede añadir otro mantenido en la memoria popular gracias a un Hadiz de Muhammad atestando la impecabilidad de Jesús y de su Madre, recogido por Al- Bujari en su libro dice: “Todo hijo de Adán es tocado por un demonio en el momento mismo de nacer. La criatura así tocada emite un grito. Solamente María y su hijo hicieron excepción a esta regla. Refiriéndose a la tradición según la cual todos los niños, en su nacimiento, dan gritos porque están siendo pinchados por Satán”. Este Hadiz afirma que solamente Maryam o María y su hijo `Isa o Jesús escaparon a la acción del demonio y permanecieron sin pecado.
El relato añade en los versículos 31-33 del sura 19: “Él me ha bendecido donde quiera que yo esté. Él me ha prescrito la plegaria y la limosna mientras viva y la bondad hacia mi madre. Él no me ha hecho ni violento ni malvado. ¡Que la Paz sea sobre mí el día en el que nací, el día en el que moriré, el día en que resucitaré!”.
En esta parte el niño es quien, salvando a su madre de una situación embarazosa ante los familiares que le reprochan su vida, actúa con madurez prematura, y se atreve a mostrar dos cosas:
1. Que tiene conciencia de Profeta del Señor.
2. Que cuenta con su bendición doquiera que esté y caminará, por tanto, siempre en su presencia y conforme a su voluntad.
Procede señalar, además, dos detalles importantes en los versículos 31 y 33:
-Primero; el niño señala como prescripción de Dios la Oración y la Limosna, es decir, dos de los cinco pilares de la religión musulmana.
-Segundo; suplica la salud y la bendición de Dios en los tres momentos capitales de su vida: en el nacimiento, en la muerte y en la resurrección.
Más importante resulta comprobar cómo los musulmanes y el Corán contradice por su protesta contra toda afirmación de la Iglesia y la Biblia de que Jesús es más que un hombre (Dios) y rechaza categóricamente todo cuanto pueda sugerir que Dios es simplemente, el tercero de una triada, como dice (Sura 5:72-73) “No creen, en realidad, quienes dicen, Dios es el Ungido, Hijo de María, siendo así que el mismo Ungido ha dicho: Hijos de Israel, servid a Dios, mi Señor y Señor vuestro. Dios vela el jardín a quien asocia a Dios. Su morada será el fuego. Los impíos no tendrán quienes les auxilien. No creen, en realidad, quienes dicen: Dios es el tercero de los tres. No hay ningún otro Dios que Dios, Uno y, si no paran de decir eso, un castigo doloroso alcanzará a quienes de ellos no crean”.
Los historiadores árabes cuentan que; En el siglo V, antes del comienzo del Islam, había muchas sectas cristianas, extendidas en la península de Arabia. Una de ellas, se llamaba “Al- Mariamia o Mariana”, de origen Egipcio, antes de convertirse al cristianismo se creían en la mitología Egipcia, tres Dioses en un solo Dios, Osiris Dios del cielo, Isis la Diosa de la tierra, se casaron y tuvieron un hijo, Horus.
Cuando, en el año 431, convocó el concilio de Éfeso, y después de un acalorado debate, salió el Credo de Éfeso, tan inclinado hacia el pensamiento trinitario, así, se decía que la Trinidad es un solo Dios en tres personas y María es la madre de Dios. Por lo tanto, esta secta (Mariamia o Mariana), explicaron esta doctrina (la Trinidad) a la forma de la mitología egipcia, que creían anteriormente, decían: que Dios de los cielos se caso con María la diosa de la tierra y tuvieron un hijo, Jesús. Pero todos los cristianos, en aquel tiempo, a la cabeza, la Iglesia Católica, representada por el Vaticano y el Papa en aquel tiempo, rechazaron esta idea, persiguieron esta secta y sus fundadores hasta su desaparición.
De hecho, todos los Ulemas musulmanes conceden en que la protesta de Muhammad contra la doctrina de la Trinidad en el Corán (Sura 5:72-73), fue precisamente contra el pensamiento y las ideas de esta secta (Mariamia o Mariana).
Por otro lado, en la época Preislamica los árabes, creían en la “Trinidad” o adoraban tres dioses principales; el Lat, al- Manat y el `Aza.
El Corán también llama a Jesús palabra de Dios como en la Biblia (Juan 1:1), como vemos en (Sura 4:171) “ciertamente el ungido, hijo de María es el mensajero de Dios, Su palabra depositada en María y un espíritu procedente de El”.
El Doctor Muhammad Al- Shaqanqiry profesor de estudios árabes e Islámicos en universidad París, escribió un articulo en el periódico Al- Ahram, explicando este texto, dijo: “Sabemos que el Corán dice de Jesús que es la palabra de Dios y su espíritu. Para los cristianos es muy fácil de explicar, pero para los musulmanes es un poco complicado de explicar, porque si Jesús es la palabra y el espíritu de Dios y como estos no son criados, entonces Jesús es Dios. Pero si decimos la palabra y el espíritu de Dios son criados entonces, Dios también ha sido criado”.
Y en (Sura 3:45) “Cuando los ángeles dijeron: María Dios te anuncia la buena nueva de una Palabra que procede de Él. Su nombre es el Ungido Jesús hijo de María considerado en la vida de acá y en la otra y será de los allegados”.
Muhy Al- Din Al- `Araby, en su libro Fusas Al- Hokum, explicando este texto, dice: “la palabra es Dios”.
También en (Sura 3:39) “Los ángeles le llamaron cuando, de pie, oraba en el Templo: Dios te anuncia la buena nueva de Juan, en confirmación de una palabra que procede de Dios y que será jefe abstinente, profeta de los justos”.
El Imam Abu Al- Sa`ud Al- `Amady, en su libro “Tafsir Al- `Amady”, explicando este texto, dice: “Creyendo en la palabra de Dios, quiere decir que creía en El Mesías Jesús. La madre de Yahya (Juan), encontró María la madre de Jesús, y la dijo: estoy embarazada, María la contestó: yo también. La madre de Yahya dijo: he soñado de que mi hijo se inclinara delante de tu hijo”.
El Corán afirma en (Sura 41:37) “Entre Sus signos figuran la noche y el día, el sol y la luna. No prosternéis ante el sol ni ante la luna. Prosternaos ante Dios, Que los ha creado. Si es a Él a Quien servís”, de que la inclinación solo para Dios, entonces Yahya (Juan), según el Corán, no puede inclinarse a cual que persona que no sea Dios.
En el Corán (Sura 43:61) “Será un medio de conocer la Hora. No dudéis, pues de ella y seguidme. Esto es una vida recta”.
`AbdulRahman bin Nasir Al- Sa`dy, en su libro, “Explicando el Corán”, explica este texto y dice: “Isa o Jesús es el único el que puede saber la hora del juicio final, y resucitar los muertos. Jesús bajará para gobernar en los últimos días y Su aparición, uno de los señales más claras de la llegada de la horra del juicio final”.
La mayoría de los teólogos musulmanes afirman el regreso de Jesús, basándose no sólo el los textos del Corán sino también el las colecciones del Hadiz, los textos de la tradición concretamente en un dicho atribuido a Muhammad, recogido en Sahih Al- Bujari, dice: “Así Jesús volverá a poner las cosas en orden para preparar todo para el juicio final”.
Tanto el Corán como las tradiciones musulmanas conceden en el privilegio especial de Jesús en el momento del juicio final. El primer capitulo o Sura del Corán, que se llama Al- Fatiha, literalmente traducido “La que abre” se forma con estas palabras (Sura 1:1-4) “En el nombre de Dios, el Compasivo, El misericordioso. Alabado sea Dios Señor del Universo, el Compasivo, el Misericordioso. Dueño del día del Juicio”.
Según estas palabras, y lo que hemos visto anteriormente sobre Jesús, el juicio final no puede tener dos dueños, Jesús y Dios o los dos son uno.
Para los buenos momentos, gratitud. Para los malos ratos, mucho aguante y esperanza. Para cada día, una ilusión. Sobre todo mantener la Fe y el espíritu cristiano siempre, con paz y felicidad. Estos son mis mejores deseos para todos mis hermanos, los cristianos perseguidos en todo el mundo, juntos con los lectores de este Blog.
Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí
Más información:
Raad Salam Naaman, En el nombre de Dios de las tres religiones monoteístas (Judaísmo, Cristianismo e Islam)”, Editorial Club Universitario (Alicante) 2012