El Islam es un movimiento social político inhumano que incita a unos seres humanos a odiar a otros seres humanos y la shari’a busca imponer su monstruosa tiranía en el territorio de la libertad y la dignidad humana.
Los agitadores musulmanes quieren hacernos creer que el Islam es la solución, a todos los problemas políticos, económicos y morales de todas las sociedades. Según ellos, el Islam es la solución para la humanidad, el remedio universal, sin explicarnos nunca por qué en los países donde domina el Islam, son la viva imagen del fracaso, del desorden y de la tiranía erigida en sistema único de gobierno. En realidad, el Islam nunca es la solución, al contrario es el causante de la barbaridad y la movilización. El Islam es un régimen cuyas leyes son crueles hacia las poblaciones sometidas a él, ya que prevén la desigualdad de derechos, discriminaciones y castigos brutales y degradantes, y por otra parte es una ideología que justifica, en el nombre de un “Dios” su Dios, la persecución de los no musulmanes. El Islam o Muhammad, el fundador del Islam, ordena a sus seguidores a ser enemigos a las otras religiones y tratarlos como tales, combatir contra ellos hasta la conversión, si no a la esclavitud o matarlos. Ṣaḥiḥ Al Bujari, Bab Al- Iman, Ḥadiṯ N. 25, habla del Ẏihad: “Muhammad dijo: Dios me ordenó a luchar contra todos aquellos, que no manifiestan la declaración de la Fe musulmana “No hay más dioses que Allah, y Muhammad su mensajero”, deben de rezar, dan la limosna y ayunan el mes de Ramadán. Si hacen todo eso están salvos, si no lo hacen tienen la muerte segura”.
El Islam es uno de los problemas mayores que tiene el mundo actual, uno de los principales peligros para la paz de nuestra época, especialmente para el Occidente. En todo el Occidente se están levantando mezquitas, algunas de ellas de dimensiones faraónicas. Mientras, en los países islámicos iglesias templos cristianos o de otras religiones son destruidos a diario. La construcción de iglesias cristianas está prohibida o sujeta a múltiples obstáculos y dificultades en casi todos los países árabes islámicos.
La amenaza más grande para nuestra civilización para el próximo medio siglo es el islamismo. Estamos viviendo un avance del islamismo que gravita cada día más hacia las filosofías islamistas que vemos en Arabia Saudita e Irán. Ese movimiento hacia el radicalismo islámico se ha acentuado con la llamada “Primavera Árabe”, que ha llevado a los Hermanos Musulmanes y demás salafistas al gobierno en países como Túnez, Libia y Egipto. Sin embargo, esta amenaza contra nuestra propia democracia y nuestra libertad de expresión, esta llevada a cabo por nuestros propios políticos, por nuestros poderes judiciales y por muchos de nuestros medios de comunicación. Un ejemplo tal vez más estúpido ha tenido lugar en el Yorkshire en Inglaterra, hace algún tiempo, en un hospital, las enfermeras recibieron la instrucción de colocar las camas de los pacientes musulmanes hacia la Meca cinco veces al día. Apuesto que esto no se hace en países musulmanes como Turquía o Pakistán. En los comedores escolares de algunos países Occidentales, los chavales se ven obligados a consumir carne de animales sacrificados según las reglas islámicas halal, sean musulmanes o no. Además en algunas piscinas públicas unos días especiales han sido reservados para los musulmanes, los infieles no musulmanes tienen prohibido bañarse durante los “días musulmanes”.
Numerosos países, desde EEUU hasta los Estados asiáticos, se sienten amenazados ante la circulación de esta religión. Gracias a nuestros políticos, el Islam volverá a Europa, después de haber sido expulsado del continente en dos ocasiones. Los cristianos les quedarán la elección de convertirse o de pagar la llamada yizia, impuesto obligatorio para los cristianos que deseen residir en países islámicos. Todo parece indicar que esta perspectiva, en un principio completamente irreal, podría acabar convirtiéndose en realidad. La seguridad con la que el Islam se expande por el mundo se debe a sus inquebrantables tradiciones y a la religiosidad que deja bastante mal a los europeos, en plena crisis de valores de la familia y hambre espiritual. Los recursos financieros de la comunidad islámica también tienen gran importancia para esta conquista del mundo. A diferencia de otras religiones, empezando por la cristiana y acabando por el judaísmo, el Islam se encuentra en estos momentos en activa expansión. Y de acuerdo con los principios religiosos y prácticos que le son propios, busca ampliar su esfera de influencia a los más variados niveles. En concreto, a nivel de migración y también a nivel de corrientes agresivas que pretenden basarse en el Corán y las escrituras sagradas, para asegurar que han de arrasar por doquier y construir un califato mundial.
La principal pregunta que preocupa en estos momentos a mucha gente es si el aumento de la población musulmana en los territorios europeos llevará a la islamización de Europa. Ya se ha mencionado que algunos líderes extremistas no dudan de ello, pero los políticos europeos intentan pasarlo por alto, aparentando que los musulmanes no se diferencian en nada del resto de las minorías étnicas y religiosas. No obstante, la aplicación de esta técnica no ayudará a solucionar el problema, cuya existencia es indiscutible. Solo fomentará el aislamiento de las comunidades musulmanas y el aumento de la influencia del Islam político, capaz de convertirse en un futuro no demasiado lejano en una amenaza real para la civilización europea.
200 Euros al mes, es lo que cobran todas las mujeres musulmanas que viven en Europa para llevar el velo en los países de la Comunidad Europea de Arabia Saudí, a través de un organismo. En España, estas mujeres cobran a través de cajas de ahorros catalanas y a través de grandes bancos españoles, que hacen la vista gorda porque para ellos es un gran beneficio económico, pues por una parte les entra todo ese dinero y por otra esas musulmanas se convierten en sus clientes. ¡Esto explica el número considerable cada vez creciente de mujeres con velo en Europa en general y España en particular! Esto no es un invento, más bien es una triste realidad. Hoy pues, las mujeres son pagadas para señalar su pertenencia al Islam al llevar el velo y nuestros bancos y cajas participan del tema.
En España en Baleares, Alcúdia (Mallorca) hace poco tiempo, la Guardia Civil ha detenido a un radical islámico que decía haber sido enviado por Allah para matar a todos los españoles y que tenía unos amigos terroristas que podían poner bombas y que aseguró, no le importa morir, si tiene que morir morirá, pero llevará a unos cuantos con él. En el relato policial, señalan que el detenido, es alumno de una conocida academia de peluquería de Palma, y en el último año a raíz de un viaje realizado a su país de origen Túnez, había experimentado una radicalización. En sus confesiones hacía “referencia a su condición de musulmán y constantes amenazas de muerte, además pronto los musulmanes vamos a ser los reyes del mundo”.
En el corazón del Islam, en Arabia Saudita, se prohíbe llevar públicamente cualquier símbolo religioso que no sea musulmán. Es imposible construir ningún edificio religioso que no sea una mezquita. Sin embargo, Arabia Saudita es el mayor financiero del islamismo en el mundo entero. Los islamistas no se privan de ofender a los “infieles” entre ellos a nosotros “los cristianos” y lo consideran como un derecho, pero nosotros no tenemos el derecho de criticar o rechazar el Islam, como ejemplo, algunos musulmanes, tanto en España como en otros países del mundo, me llaman de todo menos “guapo”, por expresar mi opinión sobre el Islam, otros no musulmanes me califican como “políticamente incorrecto”. En estos momentos todavía se puede evitar este dramático guión y cabe la esperanza de que nuestros políticos Occidentes sepan evitar la gran aminaza islámica del siglo XXI.
Más información:
Raad Salam Naaman, Desvelando el Islam, Editorial Monte Riego (León) 2012
Raad Salam Naaman, Todo Sobre el Islam, Editorial Monte Riego (León) 2013