La realidad en Irak continúa empeorando a medida que los yihadistas armados del Califato islámico avanzan. El avance de los miembros del autodenominado Califato Islámico y los enfrentamientos armados están provocando un éxodo masivo de la población. Desde la entrada del Estado Islámico en Mosul, el 18 de julio 2014, se calcula que más de 1.000.000 ancianos, hombres, mujeres, niños y niñas se han, vistos obligados a abandonar sus hogares, mayoritaria cristianos y yazidies, huyeron de sus casas, sus pueblos dejando todo, buscando refugio sobre todo en la región del Kurdistán iraquí y en Siria, después de haber estado atrapados durante días sin apenas acceso a comida y agua.
Mi comunidad cristiana en Irak continúa sufriendo las graves violaciones y abusos de derechos humanos que se están cometiendo, en el nombre de Allah y el Islam, a manos de los yihadistas, criminales del llamado Califato Islámico. Una madre de una niña de tres años secuestrada por un soldado del Califato Islámico en el pueblo cristiano de Qaraqosh, a unos 20 Km. al Norte de Mosul, reclama el cielo y dice “Uno de los hombres armados me la quitó y se fue con ella en sus brazos. Ella estaba llorando. No había nada que pudiera hacer. Rezo a Dios y a María la madre de Dios, para que la liberen pronto y la dejen volver conmigo. No puedo dormir; sólo puedo pensar en mi niña”, que el Señor te ayuda y te consuela hermana en la Fe cristiana.
Los cristianos en Irak, están desesperados no saben qué futuro les esperan, están huyendo del pánico ante la feroz brutalidad del grupo armado del Estado Islámico, que les transmite un mensaje inequívoco: convertirse al Islam, abandonar la zona o morir. Desde que el Estado Islámico entró en Mosul, provocando un éxodo masivo de familias cristianas, no han parado los ataques mortales a la población civil, hablan de crímenes de guerra, incluidas ejecuciones sumarias y secuestros masivos. Centenares de hombres y niños fueron cargados en camionetas, llevados a las afueras y ejecutados en grupo o fusilados individualmente. Además, miles de mujeres, niños y niñas, han sido secuestrados y utilizados como esclavos sexuales para los yihadistas del Estado Islámico o vendidas como esclavas sexuales. Las cientos de miles de personas desplazadas, abandonadas a su suerte en condiciones terribles, no pueden regresar a sus hogares y deben recibir urgentemente ayuda humanitaria.
Se ha especulado mucho sobre la historia y las ambiciones del Estado Islámico, el grupo extremista que se ha extendido por Siria e Irak haciendo uso de tácticas terribles. El Estado Islámico avanza con brutalidad, imponiendo Al Shari’a y eliminando a quienes rechazan su doctrina. Humillan a quienes no piensa como ellos y siembran el terror con prácticas medievales allí por donde pasan.
Investigando la cúpula de la organización yihadista del Estado Islámico, que lidera Ibrahim Awwad Al Badri, conocido como Abu Bakr Al Bagdadi, originalmente un profesor de estudios islámicos e imán iraquí, la inmensa mayoría son de nacionalidad iraquí y han cumplido el servicio militar en las filas del Ejército de Irak. Solo uno es de nacionalidad siria, Fadel al Hiyali, alias Abu Muslim al Turki, es el jefe adjunto de Estado Islámico, y hay otros tres nombres clave: Adnan Ismail Nejm, alias Abu AbdulRahman Al Bilawi, como comandante de campo de las fuerzas militares; Bashar Ismail Al Jerjer, alias Abu Al Hareth, que ejerce como comandante del Consejo Militar; y Abdullah Ahmad Al Mashhadani, alias Abu Al Qasem, encargado del reclutamiento de mercenarios. Además todos son de la ideología islamista salafista que otorga con la ideología wahabista de Arabia Saudita. A pesar de sus fines irracionales y sus terribles tácticas, el grupo no actúa sin un motivo y una estrategia. Su objetivo es establecer un califato, un estado islámico mundial obediente a su líder, Abu Bakr Al-Baghdadi. Ha trabajado para este fin promoviendo Al yihad en una tendencia que capta la atención, explota los miedos, atrae a los descontentos, se aprovecha de la debilidad de la región, difunde su mensaje, recluta a nuevos adeptos, y amplía la riqueza y los recursos.
Arabia Saudita es un país cuya constitución dice que es deber del Estado para extender el Islam. Lo hace a nivel mundial, la financiación de mezquitas y madrazas en todos los continentes. Además de financiar la construcción de mezquitas en todo el mundo, las exportaciones de Arabia Saudita y los clérigos de formación que difunden el salafismo, lo mismo que el wahabismo. Mientras que en los países no musulmanes, no hay restricciones para la construcción de templos religiosos, en los países islámicos hay grados de prohibiciones. En Arabia Saudita mismo está prohibido la construcción de templos de otras religiones, aplicando las palabras de Muhammad en la Sunna, en sahih Muslim, Hadiz o dicho N. 4366, dijo: “Voy a expulsar a los Judíos y los cristianos de la Península Arábiga y no voy a dejar a ninguno de ellos, esta tierra sólo para los musulmanes”. La Ley Islámica (Al Shari’a) limita drásticamente los derechos de los judíos y cristianos que viven bajo un régimen islámico, reglas que viven desde la época de Muhammad. Tanto los judíos y cristianos tienen prohibido, construir o reconstruir nuevos monasterios, iglesias, conventos o monjes celulares en los países islámicos, aunque caigan en ruinas. En los países islámicos, no está permitido manifestar públicamente otra religión, que no sea el Islam. Las personas que promueven otras religiones o el ateísmo abiertamente en los países islámicos terminan siendo arrestadas.
El Estado Islámico tiene en mente este fin y este objetivo, ha señalado que aspira a extender el Islam y su califato más allá de Siria e Irak. Las victorias del Estado Islámico en Irak y en Siria, y de la ineptitud de los militares iraquíes para frenar su avance, se convierta en una fuerza imparable. Con el control de la propaganda y los medios de comunicación, el Estado Islámico intenta buscar fieles fuera de Irak y Siria y ha conseguido miles de seguidores occidentales entre sus filas, y por medio de estos, seguramente el Estado Islámico, lance ataques en Occidente y amplíe sus objetivos.
La organización llama a sus partidarios a ampliar la ofensiva y asesinar a ciudadanos de los países occidentales involucrados en la coalición internacional contra los yihadistas.
“Mata al infiel sea civil o militar, si puedes asesinar a un infiel occidental incluido los ciudadanos de los países que participan en la coalición contra el Estado Islámico, confía en Allah y mátalo. Si no puedes encontrar explosivos o munición, arrincona al infiel estadounidense, francés o de cualquiera de sus aliados. Aplasta su cabeza con una roca, mátalo con un cuchillo, atropéllalo con tu automóvil, arrójalo desde un lugar elevado, estrangúlalo o envenénalo. No lo consultes con nadie y no busques el consejo de nadie. ¿Por qué el mundo se ha unido contra ti? ¿Por qué las naciones infieles se han atrincherado juntas contra ti?”. Así exige el Estado Islámico a sus seguidores en un comunicado publicado, por medio de Abu Muhammad al Adnani, portavoz del Estado Islámico en una grabación en árabe publicada en internet con transcripciones en inglés, francés y hebreo.
Frenar al Estado Islámico es un empeño cuyos resultados ya difícilmente pueden plantearse a corto plazo. Implica una adecuada respuesta de índole militar en los territorios que controla en Siria e Irak, combinada con iniciativas encaminadas a modificar las condiciones políticas y sociales que han permitido a los yihadistas imponer su dominio sobre las poblaciones de esas zonas.
Los bombardeos pueden incidir sobre el avance del Estado Islámico en lo que se refiere a detener su expansión territorial en Siria e Irak, incluso hasta cierto punto revertirla. Pero, dada la ubicación de los militantes y seguidores de la entidad yihadista en el interior de las numerosas localidades donde con frecuencia se mezclan con la población nativa, el alcance de ese tipo de iniciativas es necesariamente limitado y su aplicación contra ciertos blancos puede incluso resultar contraproducente. Con bombardeos únicamente no se va a erradicar al Estado Islámico, aunque sí sea posible confinarlo temporalmente. Aunque el Estado Islámico está desarrollando ya vínculos con otras organizaciones yihadistas en el Norte de África o el Sudeste Asiático.
Ante esta situación es preciso reflexionar seriamente sobre el futuro que se avecina y exigir la responsabilidad política que garantice la defensa de los valores tradicionales de la vieja Europa y su pacífica convivencia en libertad. El Estado Islámico avanza y podríamos fácilmente definirle de: amenaza mundial.
El Islam o el Estado Islámico, es como la Ébola, todos entendíamos que era una enfermedad muy lejana, hasta que llegó a nuestro territorio, ya la tenemos aquí.
Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí